Antes de quedarme sin playa por culpa de la fístula pude acompañar a mi sobrino Urko en su primer día de playa. Era como una cocretilla, todo rebozado en arena...y para mi sorpresa le encantaba el agua. Sólo diré que no es buena idea coger en brazos a un niño sin pañal, aunque estés en el agua...
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