viernes, 26 de julio de 2013

El gran Wes Anderson


Adoro las películas de Wes Anderson, creo que es el único director del que me he visto toda su filmografía (cortos y anuncios incluidos) y del que nunca me canso.

Todo en sus películas me hipnotiza, la fotografía, los colores, los actores, los guiones... Son películas en las que más que esperar que transcurra la trama me gusta disfrutar de cada escena. Y sobretodo me encanta la sensación que me dejan al final, entre tranquilidad y felicidad, con ganas de ver un mundo lleno de colores amarillos.

lunes, 22 de julio de 2013

Sin frescor y sin airecillo Alba pierde un tornillo.


Estos días hace tanto calor y tengo tal modorra que me he vuelto medio loca y he decidido que lo mejor para no pensar en ello es aprender alemán de forma autodidacta.

Llevo una semana, veremos cuanto tardo en cansarme de la novedad y pasar a la siguiente chorrada.

jueves, 18 de julio de 2013

Hola, soy modelo


Mi amiga Isa ha estado haciendo un curso para ser personal shopper y me pidió que fuese su proyecto final. ¿Y en qué consiste ser el proyecto final de una personal shopper? En que te examinen de arriba a abajo y te hagan un cambio de look.

Primero te estudian por completo: qué tipo de cuerpo tienes, tu color de pelo, de ojos, de piel, culo respingón, muslos rechonchos, ojeras, cejas, lado bueno de la cara, etc. Y después pasan a decirte que estación eres, osea, que colores son los que te favorecen dependiendo de si eres cálida o fría (de piel, no de temperamento). Yo salí primavera, con lo cual los colores que más me favorecen son los colores claros que vienen del amarillo: turquesas, corales, salmones, verde pistacho, rojo geranio (aquí es donde saco provecho de la carrera de Bellas Artes)... Y mi color estrella, el que me favorece más que ningún otro es, redoble de tambores, ¡el amarillo limón clarito!

Después de todo ese escrutamiento, pasamos a la parte en la que me pregunté "¿Yo por qué narices le he dicho a Isa que sí?": Ir de compras. Estuvimos dos días pateando tiendas en busca de un look ideal de la muerte, en el que terminé encontrando un blazer monísimo que me mereció todos los paseos por los probadores.

Y por último, pero no menos importante llegó el día de "la entrega", en el que las futuras personal shoppers vistieron, peinaron y maquillaron a sus maniquíes humanos para ser inmortalizados en una sesión de fotos con un fotógrafo profesional. Nivelazo.

Aún no le han dado a Isa las fotos finales, pero no sé por qué presiento que en la mayoría de ellas saldré con los ojos cerrados o con la sonrisa de Chaendler.