martes, 11 de marzo de 2014

Excursión a Zumaia


El domingo pasado me fui con los amigos de excursión a Zumaia a ver el Flysch aprovechando el buen tiempo, que para los cuatro días contados que hace calor por aquí hay que hacer algo productivo...

Después de lo que pareció una eternidad intentando encontrar aparcamiento (que parecía que todos habíamos tenido la misma idea) conseguimos dejar el coche en un descampado y empezamos la visita.

A nada que hayáis estado un poco atentos a este blog os habréis dado cuenta de que es bastante dudoso que vaya a participar en alguna Olimpiada, o para ser más claros, que soy más patética en las actividades deportivas que Ortega Cano bailando hip hop. Así que no era de extrañar que me quedara sin aliento subiendo la cuestecica de las narices que te lleva al inicio de la ruta. Después de eso todo fue bien, el caminito rocoso fue fácil hasta para una torpe como yo, así que os lo recomiendo. Si yo conseguí sobrevivir en un acantilado con muerte asegurada a ambos lados vosotros también podéis. 
Además merece la pena por lo bonito que es al llegar al final.


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