martes, 29 de mayo de 2012

Moche, el gran amigo de los erasmus/Moche, the best friend of the erasmus students


El otro día cuando os hablé de mi reunión informativa erasmus y de los objetos que nos regalaron mencioné una tarjeta de teléfono a la que prometí dedicarle una entrada. La gran tarjeta Moche.

Esta tarjeta la teníamos todos los erasmus, y con ella podías mandar todos los mensajes y las llamadas que quisieras a los otros teléfonos Moche por sólo 10 euros al mes, y creedme cuando os digo que la amortizábamos. Nos llamábamos constantemente, durante horas, nos mandábamos mensajes carentes de sentido para entretenernos y, de vez en cuando, cuando no sabíamos que hacer nos llamábamos estando juntos y hablábamos a través del teléfono o nos lo guardábamos en marcha en el bolsillo.

A mi me venía muy bien, porque los días que salíamos de fiesta y no me acoplaba a dormir en casa de Sergio sino que me iba a la mía, durante mis 20 minutos de caminata les llamaba por teléfono y seguíamos la conversación o simplemente me dedicaba a decirles cada 30 segundos en qué calle estaba o cuántas personas me encontraba por el camino.

Pero lo más importante de todo, y lo que más nos ha marcado (sobretodo por la sordera que nos ha dejado) es el sonido identificativo que hacía para que supieras que estabas llamando a otro Moche. Antes del primer tono una voz te gritaba pillándote desprevenido la palabra ¡¡MOOOCHE!!(ojo que he encontrado un vídeo para que lo comprobéis).
Después de un par de sorderas temporales aprendimos a apartar el teléfono de la oreja en el momento preciso, pero siempre era divertido dejar llamar a las visitas para reírnos un rato con el susto.




The other day when I told you about my erasmus informative meeting and the objects they gave us I mentioned a phone card and I promised to talk about it later. The great Moche card.
All the erasmus had this card, and with it you could send all the texts and make all the calls you wanted to other Moche phones just for 10 euros per month, and believe when I say that we made good use of it. We were constantly calling each other, for hours, sending messages with no sense just to have fun and once in a while, when we didn't know what to do we called each other when we were together and talk through the phone or keep it online in the pocket.
It was great for me, because the days we went out and I went home instead of going to Sergio's, I used to call them for 20 minutes while I walked and continue the conversation or just to tell them every 30 seconds which street I was crossing or how many people there was.
But most important of all, and the thing that we remember the best (because it made us deaf) was the significant sound it made so you could know you were calling another Moche. Just before the first tone a voice started screaming MOOOCHE!! creeping you out ( I've found a video to show it to you). 
After some temporary deafnesses  we learnt to put the phone away at the right time, but it was always funny to let our visits call someone just to look them get scared.

2 comentarios:

  1. Es triste, pero yo aún me aparto el móvil de la oreja antes del primer tono. Aunque nadie va a gritarme ''¡¡MOVISTARRRRR!!'', pero oye, me trae buenos recuerdos...

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  2. Es un acto reflejo para toda la vida jajajajaaj

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