martes, 16 de abril de 2013

Semana Santa granadina



Este año mis vacaciones de Semana Santa han estado divididas en dos lugares y llenas de acontecimientos.

Primero fui al pueblo de mi madre, donde celebré mi vigésimo sexto cumpleaños con la familia (lo sé, no los aparento, me conservo muy bien en dibujo y en persona) y mis padres me regalaron... [redoble de tambores] ¡UNA MARAVILLOSA DIANA MINI CON FLASH Y FUNDAS!

Tan bonita... Miradla, rosita, y con una magdalena
dibujada en la rueda de avance. 
Atención a la tarta de hojaldre, nata, crema,
mermelada y fresas con FAIL en dos velas
(buscadlas).
Y después continué mis vacaciones yendo a Granada, lugar de reunión Sinfonier por excelencia (ya que a los del sur no les veo demasiada intención de subir al norte...ejemejem). Cogí mi maleta, me dirigí a la estación de autobuses, mi primo rompió el asa extensible de la maleta, subí al autobús y emprendí las 9 horas de viaje. Habéis leído bien, mi primo se cargó el asa, y tuve que empujar la maleta de un lado a otro durante el resto del viaje, pero teniendo en cuenta los peligros mortales a los que me enfrento de normal en los viajes esto no fue nada.

Y llegué, y allí estaban Sergio y Gustavo para acogerme en su casa y ocuparles el salón com mis cosas. Visitamos la Alhambra, con Gus como guía (el mejor guía de todos, que lo sepáis) y la señora Peonías dando por saco; jugamos al Assassin's (bueno, jugaba Sergio, y Gus y yo mirábamos porque era como ver una peli en la que tú decides qué hacer después); tomamos tapas gigantescas; dimos vueltas durante horas para poder llegar a casa porque los pasos nos cortaban las calles y los devotos nos gritaban de todo si intentábamos cruzar... Ya sabéis, lo típico.

Por cierto, uno de los días Sergio iba a hacerse un tatuaje a manos de su amigo Miguel, yo me apunté y el resultado fue el siguiente:

Tres pajaretes

Pero no sólo vi a Sergio, también vi al señor Aguilucho, que despejó su ajetreada agenda (tenía otra visita) para llevarme a tomar unas cañas una noche y... ¡para que le ayudara a montar una expo una tarde! "Maldito peluquero", ahí, explotándome, valiéndote de que te echaba de menos, engañándome para tener mano de obra barata... Que no, que sabes que te ayudaría mil veces más y que no me importó en absoluto con tal de estar un rato más contigo (¿veis que buena amiga soy? Soy un partidazo...)

Y así, tal y como llegué, me fui, en bus. 
Pero con sopresa, porque a la parada me fue a despedir Aguilucho (a pesar de que iba a llegar tarde a una tutoría) porque logré hacerle sentir culpable por no haber pasado más tiempo conmigo.

Y para terminar gracias, gracias a Sergio, Gus, Andrés, Sandra, Miguel... y a todos los que me obsequiasteis con unos minutos de vuestro tiempo para hacerme pasar unas vacaciones de lujo.

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